San Lorenzo del Vallo, en Cosenza, Calabria, estuvo en mi mente desde chiquita, cuando mis abuelos, mis tíos y mi papá hablaban del lugar que llevaban en su corazón. Mi papá nació aquí, a metros del Castello, muchas veces escuché las historias sobre su infancia, sus juegos...Recuerdos que quedaron congelados en su memoria de inmigrante.
El amor de todos ellos por la comida casera viene de este lugar sin dudas, los italianos aman comer y preparan la más rica comida que he probado. Entre ellas, las mejores pastas, panes, pizzas, el lemoncello, conservas estupendas como los lupines en salmuera, las aceitunas, los carciofi sott'olio (alcauciles en aceite), las berenjenas en aceite, rellenas, en parmeggiana...Los peperoncinos!!! (ají picante), etc, etc.
San Lorenzo está cerca de la montaña, y cerca del mar también. Se puede decir que Italia tiene una geografía estupenda, para todos los gustos...
Al recorrer las calles del pueblo, sentí una gran emoción, esa sensación de caminar sobre los pasos de familiares queridos que ya no están, de respirar en otro lugar, tan diferente a donde vivo, tan lejano y tan cercano a la vez, lo sentí un poco mío también...No sé como explicarlo.
Aquí encontré a otro primo de mi papá (Gigino), su hija María, su marido Vicenzo, su nieta Élena con toda su familia fueron muy amables y nos abrieron la puerta de su bella casa.
Élena nos ofreció sus riquísimas berenjenas en aceite y sus alcauciles (selváticos), un verdadero manjar!!!
Está bebida es fuertísima, un licor típico calabrés (se toma bien frío)...
La despedida del lugar fue un poco triste, sobre todo porque no pude quedarme mucho tiempo, pero la puerta está abierta para una próxima vez...
Afueras de San Lorenzo del Vallo
La característica del lugar esta dada por estas casas tan particulares, llamadas trulli, son construcciones cuyo origen se remonta a la segunda mitad de edad media, en ese entonces, los condes autorizaron a los colonos para que construyeran sus casas a la piedra seca, esto es, sin cemento, para poder ser derruidas.
Debiendo por lo tanto utilizar sólo piedras, los campesinos encontraron en la forma redonda con techo de cúpula, compuesto por círculos de piedra superpuestos, la configuración más simple y sólida. Los techos de abovedados de los trullos son embellecidos con pináculos decorativos, cuya forma está inspirada en elementos simbólicos, místicos y religiosos.
Aquí una maqueta muestra mas detalles:
El paseo fue hermoso, sol, flores, turistas caminando muy tranquilos, negocios de bonitas artesanías y productos típicos como licores, fideos y peperoncinos!!!
Los chicos escuchando atentos la explicación de Leo, un señor muy simpático que sabía dominar el arte del trompo pugliese!!!
Y acá me despido hasta la próxima entrada, esta se hizo larga pero no quería darle poca importancia a estos dos lugares que tanto me gustaron, falta todo el viaje subiendo por el mar Adriático hasta llegar a Milán.
Qué tengan un lindo fin de semana!!!
Precioso relato, gracias!
ResponderEliminarprecioso!! :) disfrúta!! :)
ResponderEliminar!Qué hermoso relato! gracias Caro, esperamos más...!
ResponderEliminarAy, que lindas fotos! Muy bonito paseo nos has compartido. Muchas gracia!
ResponderEliminarque hermoso viaje!! como me gustaria poder volver a Italia y conocer tantos lugares que me quedaron pendientes!!
ResponderEliminarEl pueblito de las casas de piedra lo vi en un programa de Donato y me llamó mucho la atención.
Me encantan tus recetas, ya hice algunas!
Un beso grande desde Ushuaia
Mariana
¡Qué va a ser larga la entrada Caro! A mí se me hizo cortísima!!! Seguí mostrándonos fotos de ese viaje maravilloso, me sirve para viajar un poco virtualmente hasta que me pueda dar el gran gusto, y de paso voy sacando ideas. Gracias por compartir. Un abrazo.
ResponderEliminarABY
Qué placer, Caro! No veo la hora de leer más entradas sobre el viaje!
ResponderEliminar